viernes, 14 de junio de 2019

24 MESES EN EL LIMBO Inexorablemente se cumple el segundo año del mandato Presidencial. Los principales ejes se centraron en ejecutar una cirugía mayor a la corrupción, reactivar la producción, generar empleo, ahorro y austeridad institucional, salud inclusiva con programas de desarrollo social y humano de la población, entre otras; lamentablemente, estos cantos de sirena, estas promesas autocalificadas como “TODA UNA VIDA”, son utopías, incumplimientos que desconciertan a la sociedad, creando mesas de dialogo que no conducen a ninguna solución de los problemas más acuciantes y que más bien negligentemente omiten sus soluciones. El Estado tiene competencias exclusivas sobre la protección interna y orden público, garantizando la seguridad humana a través de políticas y acciones integradas; la rehabilitación social, tiene como finalidad reinsertar en la sociedad y proteger a las personas privadas de libertad. Por lo tanto es urgente contar con una política criminal, penal, que implica estrategias y actividades de estructuración inmediata como respuesta frente al aumento de la criminalidad de contenido violento, al crimen organizado y a la delincuencia convencional; priorizando el Ministerio Público la persecución de los delitos de mayor gravedad; reparando a las víctimas y sancionando con pena de prisión solo los delitos de mayor gravedad, y más bien priorizar el trabajo comunitario como medida no privativa de libertad. Un plan de política criminal significa un conjunto de estrategias y actividades que se desarrollen a mediano y a largo plazo, necesarias para mejorar las condiciones en algunos niveles de la sociedad ecuatoriana que hagan viables las posibilidades de ofrecer alternativas al fenómeno de la criminalidad creciente, controlando el hacinamiento carcelario y la justicia penal. Corresponde a la Policía Nacional, específicamente a la Policía Comunitaria trabajar con la sociedad creando y aplicando programas de prevención no solo del delito sino de convivencia social pacífica y para ello es necesario una reingeniería de la misma, desconcentrando y optimizando sus funciones.

lunes, 6 de mayo de 2019

SEÑOR PRESIDENTE LENIN MORENO

Permítame señor Presidente de la República llegar a usted a través de este medio de información. La administración pública se rige por los principios de eficacia, eficiencia, calidad y desconcentración entre otros y el seguro social no se aleja de los mismos. La distribución de los Dispensarios Médicos en el Distrito Metropolitano obedece al principio Constitucional de la desconcentración, verbigracia los Centros Clínicos Quirúrgico Central Quito, Chimbacalle, Cotocollao, atienden como Hospitales del día, con toda la infraestructura necesaria y la presencia de laboratorios clínicos y de patología, de manera que descentralizan y brindan una atención oportuna al paciente, que no está en las condiciones de trasladarse hasta el Hospital Carlos Andrade Marín o al Hospital del Sur. Lamentablemente el desconocimiento craso de atención al cliente y en especial a los pacientes de quienes tienen a su cargo la organización y operatividad de salud, pretende ejecutar un proyecto que eliminaría de raíz a los laboratorios clínicos y de patología de los Hospitales del día (Dispensarios), centralizando la recepción de muestras en el Hospital Carlos Andrade Marín que se encuentra de por sí ya saturado en su totalidad. Señor Presidente no permita que el desconocimiento ejecute este proyecto que supuestamente está aprobado, atentando contra los derechos de los pacientes que requieren una atención oportuna, descentralizada y eficaz cercana a su lugar de residencia como se la mantiene actualmente. El hacinamiento viola los derechos de los pacientes que son personas que requieren atención integral para aliviar sus patologías.