Haber declarado abiertamente que el país se encuentra en guerra, utilizando a las fuerzas armadas y policía nacional en operaciones conjuntas diarias y movilizándolas constantemente en el territorio ecuatoriano con resultados no muy satisfactorios en dieciocho meses, provoca que las fuerzas del orden entren en un estado de agotamiento mental, emocional, mental y físico que se presenta como resultado de exigencias agobiantes, estrés crónico, insomnio, depresión, ansiedad e insatisfacción laboral.
La movilización de las fuerzas del orden requiere de enfoques estratégicos claros, definidos con conocimiento puntual de inteligencia y contrainteligencia, que anticipan las acciones del enemigo, denominados como grupos de delincuencia organizada.
Constitucionalmente es deber del
estado garantizar la seguridad humana a través de políticas y acciones
integradas, adoptando tácticas de prevención y represión de la criminalidad.
Reformar el Código Orgánico Integral Penal incrementando aún más las penas de
prisión es conducir innegablemente al país al populismo penal, degradando el
derecho penal, demagógicamente generando una falsa sensación de seguridad en la
sociedad, mediante la utilización del poder punitivo (ius puniendi), placebos
que no solucionan la desinstitucionalización del estado.
“Quién sabe resolver las dificultades
las resuelve antes que surjan, sometiendo al enemigo
sin luchar”. (Sun Tzu)
Abg. Carlos E Bustamante Salvador