“ANIVERSARIO POLICIAL, ACIAGO”
El dos de marzo la Policía Nacional del Ecuador cumple su octogésimo quinto aniversario de profesionalización, cuya misión, visión y objetivos constituyen la seguridad interna de las personas y sus bienes así como el bienestar y convivencia social pacífica.
Lamentablemente la política populista de quienes ocuparon temporalmente la presidencia de la república en estos últimos dieciséis años, contaminó profundamente sus valores, formación y disciplina tanto en las bases como en los mandos jerárquicos, los cuales con una tolerancia excesiva facilitaron que se arrebate violentamente la representación legal, judicial y extrajudicial, asumiendo la misma el Ministerio de Interior el 17 de enero del 2011. Desinstitucionalización que fuera santificada con la promulgación del Código Orgánico de Entidades de Seguridad Ciudadana y Orden Público (COESCOP) en el Registro Oficial 19 del 21 de junio del 2017.
Una institución con más de un siglo de vida, requiere de manera urgente recuperar su presencia, formación y doctrina, para lo cual deberá reformar y redactar una ley orgánica de personal y disciplina que regule la carrera profesional, la selección, la formación académica de los aspirantes a personal y oficiales fundamentada en derechos humanos, derecho constitucional y leyes de la república, promoviendo en todo momento una conducta intachable individual y colectiva del personal policial en todas las jerarquías, así como fortaleciendo la efectividad institucional.
Para recuperar los valores institucionales, respeto y dignidad ante la ciudadanía y el país, se requiere reestructurar la institución e investigar a cada uno de los miembros policiales, sancionando con cárcel a quienes estén involucrados en delitos de narcotráfico, lavado de dinero, delitos comunes, violencia intrafamiliar, entre otros y no solamente con la desvinculación.
El gobierno debe asumir dos compromisos esenciales: el primero, mientras no exista una depuración interna de la policía nacional, no llamar a nuevos aspirantes a las diferentes jerarquías, porque se contaminaran y el cáncer se exaltará; el segundo, reorganizar al Ministerio del Interior, eliminando la burocracia de policías pasivos, así como separando de las instalaciones del Palacio de Carondelet sus oficinas. La independencia de funciones es vital para fortalecer la democracia.
Carlos Eduardo Bustamante Salvador
Abogado Criminalista-Mediador
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